Feria de Alasitas:
“ALASITA” es una voz aymara que se utiliza en los negocios y significa cómprame. Desde hace algunas décadas, en nuestro medio, se ha institucionalizado y se ha convertido en tradición la llamada Feria de Alasitas, la misma que ha encontrado por escenario los cerros Santa Cruz y Calvario cada 3 de mayo y el Cerro Colorado una semana después. Esta feria se caracteriza por la venta y compra de productos en miniatura que simbolizan deseos realizados.
En la Feria de Alasitas o Feria de las Miniaturas, los sueños se hacen realidad, allí, en el paraíso de la fantasía, uno puede comprar con gran facilidad el vehículo, el terreno, la casa, el edificio, la empresa, la profesión o el título deseado, o conseguir el ansiado dinero (soles, dólares o euros); asimismo allí se pueden adquirir un sin fin de herramientas, joyas, abarrotes, computadoras, cocinas, ollas, y demás muebles que anhelamos tener en la vida real. Estos simbólicos objetos, que no son juguetes, son adquiridos con la esperanza de que “pronto” se conviertan en una maravillosa realidad, y para tal se tiene que cumplir con un ritual característico.
En los inicios de esta práctica andina, que pervive por siglos, las transacciones se efectuaban a través del trueque, luego con objetos especiales como piedras planas, objetos metálicos, botones y otros utensilios. En la actualidad, esta costumbre se ha convertido en un verdadero negocio, en donde la “cultura de Alasitas” viene siendo obstruida por la feria de las parrilladas y bebidas alcohólicas.
Lamentablemente, la mayoría de los productos de artesanía que se exhiben, no proceden de las canteras calceteras, pues se observa la marcada presencia del producto boliviano.
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